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Por Katerine Albornoz
Actualmente, existen diversas formas de expresión artística que reflejan la creatividad humana en la historia. Esta conexión con el arte ha sido una constante en nuestro pasado y continúa siendo relevante en nuestros días, aunque a menudo no seamos plenamente conscientes de ello.
Un ejemplo simple de cómo el arte está presente en nuestro día a día son las prendas de vestir que usamos. Más allá de ser solo ropa, cada prenda tiene una historia que refleja aspectos económicos, sociales y políticos de las sociedades. Además, para su creación se utilizan diversas técnicas decorativas, como el estampado, que no solo la hacen más bonita, sino que también transmiten mensajes y significados culturales. Estas técnicas son esenciales porque no solo embellecen, sino que también conectan el presente con el pasado, enlazando tradiciones y formas de expresión cultural.
En esta ocasión, la nota se centrará en una de estas técnicas decorativas que, empleada desde tiempos antiguos, ha perdurado hasta nuestros días: la pintura y bordado en tela. Exploraremos cómo estas técnicas han estado presentes en el tiempo y cómo sigue siendo una forma vital de expresión artística hoy.
En primer lugar, hay que resaltar que el tejido es primordialmente un artefacto cultural. Este concepto no solo engloba la creación de textiles y prendas, sino que también constituye un componente integral de un entramado social, político y económico complejo. Su significado va más allá de lo puramente funcional, insertándose en el núcleo de las interacciones y estructuras humanas (Jiménez Díaz, 2004).
Además, el tejido es el resultado de un meticuloso proceso que implica la colaboración de individuos con habilidades y conocimientos especializados. Existen numerosas investigaciones sobre los textiles heredados de los antiguos peruanos, que analizan sus características tecnológicas, evidencia iconográfica y otros aspectos. Estas investigaciones han demostrado la prolongada presencia de los tejidos en la historia de nuestro país.
La gran variedad de vestigios textiles provenientes de diferentes contextos geográficos y temporales han generado gran interés en los investigadores. Obteniendo como resultado los diversos estudios enfocados en analizar y reconstruir la variedad de técnicas empleadas por los antiguos habitantes del Perú, así como en entender las distintas etapas del proceso de elaboración de textiles (D’hacourt, 1962; Irene Emery, 1994; Lavalle & Lang, 1980; Mirambell & Sánchez Martínez, 1986; O’Neale, 1942). La actividad textil, en su dimensión económica, presenta una notable complejidad, lo cual se refleja en el meticuloso proceso de trabajo necesario para producir una prenda textil.
La actividad textil, en su dimensión económica, presenta una notable complejidad, lo cual se refleja en el meticuloso proceso de trabajo necesario para producir una prenda textil. A continuación, se detallará las distintas fases involucradas en este proceso:
1. Obtención y procesamiento de la materia prima:
Para la realización del proceso de tejido, es fundamental disponer de fibras, las cuales constituyen los elementos básicos. Una fibra es un filamento compuesto por fibrillas unicelulares. Estas fibras se clasifican en dos tipos: naturales y sintéticas (Mirambell & Sánchez Martínez, 1986).
Las fibras naturales, obtenidas de la naturaleza, se subdividen en varias categorías:
Fibras vegetales: Según su origen botánico, se clasifican en:
➣ Fibras de tallo: como el lino y el yute.
➣ Fibras de superficie: como el coco y el algodón.
Fibras animales: De acuerdo con su origen, se dividen en:
➣ Fibras externas: como el pelo y la lana.
➣ Fibras internas: como los nervios o tendones.
Por otro lado, las fibras sintéticas son aquellas producidas por el ser humano, como el poliéster y el nylon, entre otros.
El procesamiento de la fibra incluye la limpieza y descardado de la misma, seguido por la etapa de hilado.
2. El hilado
El proceso de hilado implica organizar las fibras y, a través de su torsión y retorcimiento, crear el hilo. Para llevar a cabo este procedimiento, se utilizaban principalmente dos herramientas: el huso y el piruro (ver imagen 1). El hilo resultante, ya sea de algodón o lana, se empleará posteriormente en la fabricación del tejido, y la calidad del producto final depende en gran medida de este proceso. (Mejía et al., 1978).
3. El teñido
Para que los textiles muestren diseños en diversos colores, los hilos deben someterse a un proceso conocido como teñido. Este procedimiento se realiza utilizando tintes naturales extraídos de plantas tintóreas, minerales o insectos, junto con fijadores. Los fijadores, o mordientes, son sustancias que se añaden a los tintes para asegurar su adherencia al tejido (ver imagen 2). Estos pueden incluir una variedad de materiales como cenizas de plantas, cal, orina, vinagre, entre otros (Arnold, 2016; Buitrón, 2000).
4. Urdido y Tejido
Una vez que se han producido los hilos, se procede con el urdido, un proceso que consiste en organizar y colocar los hilos en la posición que ocuparán en el telar. El telar es una herramienta utilizada para el tejido, donde los hilos se disponen de manera vertical (urdimbres) y se mantienen tensos. Existen dos tipos de telares: los horizontales y los verticales (Arnold, 2016; Buitrón, 2000; Mirambell & Sánchez Martínez, 1986) (ver imagen 3 y 4, respectivamente).
El telar que se utiliza hasta la fecha es el telar de cintura, conocido también como telar de faja. Este dispositivo está compuesto por dos varas paralelas: una se asegura a un tronco o estaca, mientras que la otra se ata a la cintura del tejedor mediante una banda. Debido a su ligereza y portabilidad, este telar permite la creación de diversas estructuras textiles. No obstante, su uso está limitado a la producción de piezas estrechas y largas, como fajas, bandas o tejidos de tamaño pequeño a mediano (Jiménez Díaz, n.d.; Mejía et al., 1978).
En relación con la decoración, esta no solo se emplea con fines estéticos, sino también como un medio para representar mensajes o transmitir la cosmovisión de cada sociedad. Este contenido puede integrarse en la estructura del tejido, y la figura se define a medida que se teje. Esto se logra mediante diversas técnicas, pueden ser decorativas o estructurales, como las representaciones obtenidas mediante la impregnación del tejido, como en las telas teñidas y pintadas, o mediante la intervención del tejido, como en el caso del bordado y las aplicaciones de tejidos, plumas, conchas, placas de metal u otros elementos (Lavalle & Lang, 1980).
Entre las técnicas decorativas se destaca el teñido en reserva, una práctica que permite crear imágenes a través de apretadas amarras, pliegues y costuras. Esta técnica apareció en el primer milenio antes de nuestra era en los tejidos de la cultura Chavín y ha perdurado hasta la actualidad (Museo Chileno de Arte Precolombino, 1999).
Una técnica decorativa adicional es la pintura en tela, que implica la aplicación de pigmentos sobre la superficie del tejido. Para obtener diversos efectos, se utilizan métodos como la aplicación de pigmentos más densos para definir áreas específicas y el trazado lineal para delimitar zonas pintadas con técnicas de aguada, creando un efecto similar al de la acuarela. Esta técnica tiene evidencia de uso desde hace aproximadamente 3000 años; un ejemplo de ello son los textiles pintados hallados en Carhua (Cordy - Collins, 1999) (ver imagen 5). Es conocido que los tejidos pintados tenían diferentes usos, como en las máscaras funerarias pintadas de la cultura Paracas (Dawson, 1979) (ver imagen 6). Esta técnica ha perdurado a lo largo del tiempo, independientemente del espacio, el tiempo y el contexto sociocultural.
Además de la pintura en tela, existen otras técnicas decorativas como el bordado. Esta última consiste en la inserción de hilos en una tela plana, realizada una vez que la tela ha sido confeccionada, empleando una herramienta similar a una aguja que fija los hilos y permite resaltar los motivos decorativos.
El bordado constituyó una de las técnicas más difundidas en la cultura Paracas, cuyos textiles son altamente valorados por su estilo único, así como por las técnicas y decoraciones que los distinguen de las encontradas en otros centros textiles de Perú. De este modo, podemos encontrar exquisitos ejemplos de mantos, máscaras funerarias, y figuras tridimensionales, entre otros (ver imágenes 7 y 8).
Hoy en día, muchas de estas técnicas decorativas siguen en uso y las estamos adaptando a nuestro contexto actual. Un buen ejemplo son los jóvenes artesanos de la provincia de Ascope, que están trabajando arduamente para innovar y modernizar su arte, acercándolo a la gente de hoy de una manera nueva.
Una forma de darle valor y promover estas técnicas es integrándolas en nuestra vida diaria. Luis Aguilar y Viviana Saucedo son grandes ejemplos de esto. Luis está usando la técnica del bordado de manera innovadora, creando accesorios modernos que usamos a diario. Por su parte, Viviana utiliza la pintura en tela para diseñar prendas inspiradas en la historia de Paiján, como manteles y bolsos.
Así como estos jóvenes artesanos se inspiran en nuestro pasado y en la historia de su comunidad, hay muchas maneras de apoyar y promover estos espacios de aprendizaje y difusión de nuestro patrimonio cultural.
Arnold, D. (2016). El textil y la documentación del tributo en los Andes: los significados del tejido en contextos tributarios (A. Acevedo, Ed.; Primera).
Buitrón, D. (2000). Los tejidos Paracas expresión del conocimiento tecnológico y artístico de una sociedad regional del antiguo Perú. Boletín, 3.
Cordy - Collins, A. (1999). Telas pintadas Chavin del valle de Ica, costa Sur. In Tejidos milenarios del Perú (pp. 107-|41). AFP Integra.
Dawson, L. (1979). Máscaras de momias de tela pintada de Ica, Perú. In A. Pollar R., E. Benson, & A.-L. Schaffer (Eds.), Pre-columbian Textile Conference (p. 83).
D’hacourt, R. (1962). Textiles of ancient Peru and their techniques (G. G. Denny & C. M. Osborne, Eds.). Dover Publications.
Irene Emery. (1994). The primary structures of fabrics. Thames & Hudson.
Jiménez Díaz, M. J. (n.d.). Los tejidos prehispánicos del Museo de América y la reconstrucción del pasado Andino.
Jiménez Díaz, M. J. (2004). Tejidos y mundo textil en los Andes centrales y centro-sur a través de la colección del Museo de América de Madrid: períodos prehispánico y colonial [Tesis]. Universidad Complutense de Madrid.
Lavalle, J. A. de, & Lang, W. (1980). Arte Precolombino: Primera Parte Arte Textil y Adornos. Banco Central del Perú.
Mejía, T., Muelle, J., Fung, R., Silva, F., Tello, J., & Lechtman, H. (1978). Tecnología Andina (R. Ravines, Ed.). Instituto de Estudios Peruanos.
Mirambell, L., & Sánchez Martínez, F. (1986). Materiales arqueológicos de origen orgánico: textiles.
Museo Chileno de Arte Precolombino. (1999). Amarras: El arte de teñir en los andes prehispánicos.
O’Neale, L. M. (1942). Textile periods in ancient Peru: II Paracas caverns and the grand Necropolis. American Archaelogy and Ethnology, 39(2), 143–202.